Amiga de la lluvia

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oy, mientras revisaba las redes sociales como cada mañana, desperté con la compañía musical de un aguacero torrencial. Mientras me acurrucaba en las sábanas y me sumergía en el mundo digital, observé un denominador común en la gran mayoría de las personas que sigo. Todos se quejaban del diluvio. No se imaginan la cantidad de lamentaciones, que tan solo en segundos, pude ver. Un mar de desencanto y negatividad intoxicando los espacios cibernéticos.

Es cierto que no ha parado de llover en varios días y es incómodo hacer diligencias, sobre todo conducir. Muchos de nosotros vemos nuestros planes desvanecidos por la incesante lluvia que tercamente continúa custodiándonos.  Pero si bien nos pasamos la vida regalando consejos positivos, escuchando entrenadores de vida y buscando la manera de alimentar nuestra mente, también es cierto que no aplicamos lo que tanto perseguimos.

Les recuerdo que la lluvia nos brinda calma, nutrición y reflexión a nuestra alma.  ¿Puedes detenerla? Entonces, es navegar contra corriente. Los planes siempre se cambian a favor nuestro y adaptarnos a ellos es parte del proceso. Tal vez sea el momento de leerte ese libro que has empezado muchas veces y no terminas. De organizar tus gavetas o ver la película que dejaste a medias. La ocasión de no hacer nada y regalarte paz. El instante de arroparte y consentirte o el silencio que tanto has pedido.

En lo particular, amo el tiempo así, los aguaceros. Me agrada su compañía y estimula mi creatividad. Si lo llevamos al plano romántico, Hollywood y las grandes productoras de cine aman los besos bajo la lluvia. ¿Por qué será? Desayuno con Diamante, Match point, Cantando bajo la lluvia y el Diario de Noah son algunos de los filmes que la gente ha considerado entre los más románticos, y todos los besos apasionados de estas historias son bajo fuertes diluvios. En el mundo literario, la lluvia es un aliado. Muchos escritores han desarrollado sus grandes obras inspirados en un día lluvioso, refugiados en un rincón de una habitación, acompañados de una chimenea o frente a una ventana.

Es que, si nos detenemos a pensar un poco, todos tendemos a escondernos, a huir del agua. Al contrario, tenemos que agradecerle que saca nuestra mejor versión. Nos inspira a crear, remueve la melancolía y aviva el amor. Y en todo caso, míralo como un aislamiento necesario, un retiro imprescindible, un destierro de la rutina o un encierro preciso. Porque quieras o no, nos mueve fibras.

He aprendido a no luchar con el destino, mucho menos con el tiempo. Que se disfruta cada fragmento de vida y se aprende de todo. No puedo ser enemiga de la lluvia.  No, porque me ha regalado mis mejores reflexiones, mis mayores decisiones, grandes desafíos y valientes determinaciones. Al ritmo de su melodía he escrito mis mejores páginas y han surgido románticas platicas. La lluvia es abono para el alma, oxigeno espiritual. No te quejes, no la ofendas. Agradece su compañía y bendice su lealtad. Recuerda que en momentos de angustias, ella te ha visitado. En momentos apasionados, ella te ha acariciado. Y en momentos de felicidad, ella ha peinado tu sonrisa.

Cierro mis redes por el momento, sigue lloviendo y por lo que veo no piensa parar.  Feliz con su insistencia, porque no puedo negar que soy amiga de la lluvia.

 

 

 

 

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